INTELIGENCIA EMOCIONAL
Antes se consideraba que una persona era inteligente por su Coeficiente Intelectual, se asociaba la inteligencia académica con el éxito profesional, pero esto no explica por qué personas muy inteligentes no son capaces de desarrollar todo su potencial en una actividad profesional ni en su vida social y personal. El caso contrario es personas con menor coeficiente intelectual que pudieron triunfar tanto en su vida personal, profesional como social. Esto es debido a su inteligencia emocional.
La inteligencia emocional es uno de los aspectos importantes de una persona. Poseer inteligencia emocional favorece las relaciones con los demás y con uno mismo, mejora el aprendizaje, facilita la resolución de problemas y favorece el bienestar personal y social. Las competencias emocionales son los conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarios para comprender, expresar y regular de forma apropiada nuestras emociones.
Los progenitores y los educadores/as pueden contribuir en gran medida al desarrollo de las competencias emocionales de los niños y niñas. Entre las habilidades que podemos fomentar en los niños y niñas se encuentran:
- La conciencia emocional: es la capacidad para tomar conciencia de las propias emociones y de las de los demás.
- Regulación emocional: es la capacidad para manejar las emociones de forma apropiada.
- Autonomía emocional: es la capacidad para autogenerarse las emociones apropiadas en un momento determinado. Esto incluye una buena autoestima, actitud positiva ante la vida y responsabilidad.
- Habilidades socio-emocionales: es la capacidad para mantener buenas relaciones con los demás.
- Habilidades para la vida y el bienestar emocional: Comportamientos apropiados y responsables para afrontar los retos que se nos plantean, lo que nos permite organizar nuestra vida de forma sana y equilibrada, facilitando experiencias de satisfacción o bienestar.
Cómo fomentar en los niños/as la inteligencia emocional:
Desarrollando la atención positiva:
Atención positiva significa brindar a los niños y las niñas aliento y apoyo emocional, es algo más que un elogio por una buena calificación obtenida en una prueba, o un abrazo y un beso de buenas noches. Implica una participación activa en la vida emocional de su hijo/a.
Para los niños y niñas de menos de nueve años, Barkley sugiere que las familias fijen un período particular para participar con su hijo o hija en una actividad lúdica. Durante este período, las familias deberían crear una atmósfera carente de juicios, en la que pueda translucirse interés, entusiasmo y aceptación. Según Barkley, los principios generales del “tiempo especial” incluyen:
1. Elogie a su hijo o hija por las conductas adecuadas (por ejemplo, “¡Qué torre enorme estás construyendo!”), pero sea preciso/a, sincero/a y evite la adulación excesiva.
2. Demuestre interés por lo que su hijo o hija está haciendo, participando en la actividad, describiendo lo que ve y reflejando sus sentimientos cuando sea posible (por ejemplo, “Parece que realmente te gusta que esos dos tipos luchen entre sí. Pero no pareces enojado/a, por lo que supongo que te diviertes luchando”).
3. No haga preguntas ni dé órdenes. Su trabajo es observar y reflejar lo que usted ve, no controlar o guiar.
Si sus hijos o hijas tienen entre cuatro y nueve años, trate de programar un período de juego en una hora determinada varios días a la semana, asegurándose de que esa hora sea respetada y coherente.
Para los niños y niñas de más de nueve años, sería demasiado difícil programar horas de juego rígidas; debería más bien buscar oportunidades para pasar un tiempo similar con sus hijos e hijas desarrollando actividades apropiadas según la edad, sin emitir juicios.
LA DISCIPLINA POSITIVA: La disciplina efectiva se reduce a unos pocos principios y estrategias:
1. Establezca reglas y límites claros y aténgase a ellos. Si puede, escríbalos y fíjelos sobre la pared.
2. Dele a su hijo/a advertencias y señales cuando comienza a comportarse mal. Es la mejor manera de enseñarle el autocontrol.
3. Defina el comportamiento positivo reforzando la buena conducta con elogios y afecto e ignorando la conducta que sólo apunta a llamar la atención.
4. Eduque a su hijo/a conforme a sus expectativas. En general, las familias no emplean el tiempo suficiente para hablar con sus hijos/as acerca de los valores y las normas, y por qué estos son importantes.
5. Cuando no se cumple una norma o un límite claramente establecido, en forma intencional o de otro modo, aplique de inmediato un castigo adecuado. Sea coherente y haga exactamente lo que dijo que haría.
6. Cuando un castigo es necesario, asegúrese de que guarde relación con la infracción a la regla o la mala conducta.
7. Técnicas disciplinarias:
A. Las reprimendas: es lo primero que deben hacer los progenitores, y se utiliza con suficiente frecuencia.
B. Las consecuencias naturales: esta estrategia se refiere a dejar que sus hijos/as experimenten las consecuencias lógicas de su mala conducta a fin de que perciban por qué una norma en particular es importante.
C. El rincón: consiste en ubicar a su hijo/a en un rincón neutro y poco estimulante durante un período breve (un minuto por cada año de la edad del niño/a).
D. Quitar un privilegio: cuando los niños y las niñas son demasiado grandes para ir al rincón, los progenitores suelen eliminar un privilegio. La televisión, el tiempo para jugar con el videojuego y el tiempo para utilizar el móvil parecen funcionar bien.
E. La sobrecorrección: Restaurar el ambiente a un estado mucho mejor que el anterior al producirse el deterioro. Si su hijo/a tira un vaso de agua, no sólo lo recogerá del suelo y lo colocará, sino que tendrá que limpiar lo que ha ensuciado y reparar los desperfectos ocasionados.
F. Un sistema de puntaje: un sistema en el que los niños y niñas ganan puntos por conductas positivas claramente definidas. Dichos puntos pueden aprovecharse para recompensas inmediatas o a largo plazo. Las malas conductas dan como resultados la resta de puntos.
Bibliografía:
- Actividades para el Desarrollo de la Inteligencia Emocional en los niños. Grop. de Editorial Parramón.
- La inteligencia emocional en los niños. Shapiro, L. Vergara Editor, S.A.
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